Fue el sábado y con el primer día primaveral de la temporada. Valverde lleno hasta los topes de turistas. Paqui encantada, toda sonrisas, con el entorno.
La sala se llenó y Paqui se volcó.
Castillos de queso, ratones y elefantes, hombres de corazón brillante, y una flata mágica o no, pero que encandilaba . Unos niños curiosos, deseosos de saber más.
Todo estupendo, hasta la merienda, ofrecida por las madres de Valverde.
Un abrazo bien grande, y hasta pronto, Paqui, esperemos que vuelvas por nuestras tierras de pizarra.