El día amaneció radiante. En seguida se llenó la plaza de puestos y de gente. El Mercadillo de Trueque de Majaelrayo, maravilloso lugar de encuentros y
re-encuentros, abrazos y mucha risa.
Trocando a tutti plen. Cuando llegó la hora de ponernos a la mesa, el cielo se encapotó, se ennegreció , tronó y relampagueó, hasta que el aguacero nos obligo a refugiarnos en la escuela.
Excelente comida, la que prepararon los organizadores y la que trajeron los espontáneos. Como nos dijo Hioki más tarde: todo «BIO» y «buenisimo»..
Larga sobremesa de tarde en el patio. El patio a rebosar de futuros papas y futuros bebes al abrigo de las panzas protectoras de sus futuras mamas. Como un homenaje a la primavera y la vida que sigue. Animada conversación, mientras Hioki se tomaba un merecido descanso que se alargó varias horas.
Llegó la hora, nuestro narrador se acicaló y se acercó sonriente al ayuntamiento.
Con una sala llena hasta los topes, a partir de ahí, todo se volvió kimono y japonés.
¡Vaya arte de contar ! Con la musicalidad de su tono, la expresión de su rostro y el recorrido sutil de sus manos, supo conquistar hasta el más pequeño.
Todos callaron. Todos aplaudieron
Hermoso Hioko, que nos ha dejado un encantador recuerdo. Y ha prometido volver.. para dormir . En nuestra casa que, dice, es dónde mejor ha dormido en muchos años. Le esperaremos