Llegó el sábado 16 de enero por la tarde. Ahí estaba, en la Estación de Guadalajara, con su maletita, esperándonos. Durante el trayecto charlamos, que si eso, que si aquello , que si lo de más acá, y qué bonito paisaje, y qué lindos los pueblos negros.
A mi se me pegan enseguida los acentos, y ella lleno el salón del centro social de Robleluengo de notas de allende el mar. Natalia Moya, Corina-Rebeca. Con su traje de novia y su fregona. Tocó todos los resortes del corazón humano. Amor-desamor, soledad, amistad, justicia-injusticia. Frente a todo : auto-control!! Desde entonces «desenfoco» con frecuencia, amiga Natalia. Aquí, en el Valle del Ocejón, grandes y pequeños hablan de ti. De tu mono de franquicia , de tu león enamorado de quién no debía, de tu parto psicológico y de la magia de tu contada.
Qué relindo que fue todo ( y ganas de volverlo a ver)